David Edward Hughes

Hughes inventó el primer sistema de impresión para telégrafo, que patentó en 1855. La impresora telegráfica la inventó casi por casualidad. Hughes pretendía encontrar un mecanismo que transcribiera las notas musicales mientras se ejecutaba una pieza y así surgió la impresora telegráfica. El telégrafo de Hughes era un telégrafo de impresión con un teclado parecido al de un piano. Cada tecla pulsada enviaba una señal y equivalía a una letra en la impresora situada en el lugar de recepción del mensaje. Este teclado del telégrafo de Hughes es el antecedente directo de las máquinas de escribir, de los teclados de ordenador, del sistema telex, etc.
El telégrafo de Hughes superaba al telégrafo Morse, pues permitía transmitir hasta 60 palabras por minuto, frente a las 25 del sistema Morse. Además, su sistema utilizaba un código perforado, pero que permitía imprimir con caracteres normales, no siendo necesaria una traducción posterior.
Como no podía comercializar su invento en Estados Unidos, donde la patente la tenía Morse, en 1857 Hughes intentó introducir su invento en su Inglaterra natal pero no tuvo éxito, por lo que lo intentó con los franceses. En Francia, su invento estuvo un año a prueba y, finalmente, Napoleón III lo adquirió y concedió a Hughes la medalla de Chevalier.

- En 1867, la Exposición Universal de París le concedió una de las diez medallas de oro diseñadas para premiar los mayores logros científicos del momento.
- En Italia le concedieron las medallas de las órdenes de San Mauricio y San Lázaro.
- En Rusia, en 1883, le concedieron la orden de Santa Ana.
- En Turquía el sultán le concedió la cruz de Medjidie.
- En Austria el rey le concedió la orden de la corona de hierro.
- En Baviera se le concedió la orden de San Miguel.
- En España se le concedió la Orden de Carlos III.
- En Serbia se le concedió la orden de Takovo.
- En Bélgica se le concedió la orden de Leopoldo.
El telégrafo de Hughes fue utilizado comúnmente hasta los años 30. Después fue adoptado e instalado en todo el mundo por la Western Union Telegraph Company.
Además de su sistema telegráfico Hughes inventó en 1878 el primer micrófono, el micrófono de carbón. No obstante, el micrófono de Hughes, en sentido estricto, no fue el primer micrófono, dado que el teléfono de Alexander Graham Bell empleaba un dispositivo similar.
Hughes construyó el micrófono para demostrar empíricamente que era posible transformar el sonido en corriente eléctrica. Hughes descubrió que los contactos eléctricos sueltos podían captar las vibraciones producidas por el sonido, por lo que, si había un contacto suelto en un circuito que contenía una batería, se podía generar un campo electromagnético. Cuando las vibraciones llegaban al diafragma de la boquilla, éste transformaba la onda sonora en electricidad. La palabra micrófono no fue invento de Hughes; la había utilizado mucho antes, cuando Hughes ni siquiera había nacido, Sir Charles Wheatstone en 1827.
Hughes, hombre de sobrado prestigio por en el momento, rechazó patentar el micrófono, revelando el secreto primero a la Royal Society de Londres, el 8 de mayo de 1878, y difundiéndolo entre el público general el 9 de junio de ese mismo año.
Hughes, hombre de sobrado prestigio por en el momento, rechazó patentar el micrófono, revelando el secreto primero a la Royal Society de Londres, el 8 de mayo de 1878, y difundiéndolo entre el público general el 9 de junio de ese mismo año.
Además de sus célebres inventos, Hughes contribuyó de forma activa al estudio del magnetismo y las ondas electromagnéticas.

Hughes murió a los 69 años el 22 de enero de 1900 en Londres. En honor a David Edwar Huhgues, la Royal Society de Londres puso su nombre a uno de sus premios. La «medalla de Hughes» que se concede a «un descubrimiento original en las ciencias físicas, particularmente la electricidad y el magnetismo o sus usos». Este galardón se otorgó por primera vez dos años después de su muerte, en 1902, al eminente físico atómico J.J. Thomson, descubridor del electrón. Otras personalidades que han recibido la medalla Hughes son Hans Geiger, Alexander Graham Bell, Stephen Hawking y Enrique Fermi.
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